Leyendo Números 20-21
Leyendo Números 20-21
El post anterior trató del oficio y los beneficios de los sacerdotes y levitas de Israel descritos en Números 18-19. En esta oportunidad, compartiré apuntes acerca de los variados acontecimientos de Números 20-21, los que van desde la muerte de Miriam —la hermana de Moisés— a la victoria de Israel sobre el rey Og de Basán en su avance hacia Canaán. ¡Comencemos!

La muerte de Miriam (Números 20:1)
Si bien no se dan mayores detalles, la noticia de la muerte de la hermana de Moisés es importante por al menos tres razones:
En primer lugar, introduce el tercer y último viaje de la narrativa de Éxodo–Números, desde Cades a Transjordania.1 Si bien este viaje comienza con una noticia trágica —la muerte de Miriam—, termina con los triunfos militares del pueblo de Israel en su avance a Canaán (más adelante nos detendremos en algunos detalles).
Igualmente, la muerte de Miriam al inicio del tercer viaje se contrasta con su cántico de victoria en Egipto (Éxodo 15) al inicio del primer viaje. Miriam fue una destacada líder en Israel durante los 40 años en el desierto, por ende, que se destaque su muerte en el relato no es algo aleatorio.
Finalmente, la muerte de Miriam sirve como un recordatorio: ninguno de la generación rebelde que salió de Egipto entraría a Canaán. Esto se complementa luego con la muerte de Aarón (20:24-29) y más tarde con la muerte de Moisés (Deuteronomio 34) fuera de Canaán.
Rebeldía en Meribá (Números 20:2-13)
Esta breve historia de murmuración y quejas en contra de Moisés y Aarón contiene ecos de otras historias similares en Éxodo (15:22–17:1-7) y Números (11:4-35; 21:5-18). Sin embargo, si lo analizamos con respecto a la narrativa de los 3 viajes por el desierto de Israel, podríamos decir que es una historia espejo de Éxodo 17:1-7, ya que en ambas historias Dios provee agua de manera milagrosa desde una roca.
Si bien la historia relata cómo Dios provee agua al pueblo tras el ruego de Moisés y Aarón en la Tienda de reunión (20:6-8), es importante notar que la historia no tiene un final feliz: Moisés desobedece las instrucciones del Señor y, juntamente con Aarón, no se le permite entrar a Canaán (20:12). En otras palabras, los tres principales líderes de la primera generación que salió de Egipto —Moisés, Miriam y Aarón— tampoco entraron a Canaán tal como Dios lo había sentenciado tras el reporte de los espías rebeldes (Números 14).
Edom: Un viejo conocido (Números 20:14-21)
Si desconocemos la historia bíblica, este fallido episodio diplomático puede pasar desapercibido. Leemos que Israel envió un comunicado al rey de Edom solicitando autorización para pasar por sus tierras. Sin embargo, el rey de Edom no solo les negó el paso, sino que también salió a atacarlos para intimidarlos. Finalmente, Israel se alejó y se vio obligado a buscar otra ruta. Ahora, ¿de qué se trata todo esto?
Este breve relato diplomático muestra un claro contraste con las historias de batallas que se desarrollarán más adelante en la narrativa (Números 21:1-3; 21-35; Josué 11), ya que no hubo intenciones de sostener un enfrentamiento militar por parte de Israel en contra de Edom. Pero, ¿por qué?
Si hacemos memoria, la historia bíblica nos enseñó que Esaú, el hermano de Jacob, también era conocido como Edom (Génesis 25:30; 36:1-43). Es decir, los Edomitas eran descendientes de Esaú. En otras palabras, eran pueblos hermanos. Esto explicaría por qué Israel, descendientes de Jacob, buscó una salida pacífica y diplomática ante el rey de Edom. Igualmente esta historia es un eco del altercado entre Esaú y Jacob que luego tuvo un final pacífico (Génesis 33).
Muerte de Aarón (Números 20:22-29)
El episodio de la muerte de Aarón nuevamente trae a la memoria el juicio de Dios sobre la generación rebelde que salió de Egipto luego de rebelarse en contra de Dios tras el insidioso reporte de los espías que fueron a Canaán.
Igualmente, la muerte de Aarón se destaca por el impacto que tenía sobre la vida del pueblo. Israel no podía quedarse sin un sumo sacerdote que oficiara los rituales necesarios para asegurar la purificación del campamento y del santuario junto con sus utensilios. Es por eso que también se relata la consagración del nuevo sumo sacerdote: Eleazar, el hijo de Aarón. De hecho, la importancia del rol de Aarón se aprecia con los 30 días de luto del pueblo por su muerte.
Por otro lado, hoy podemos leer este episodio recordando que en Jesús tenemos un mejor y mayor sumo sacerdote, quien murió y se levantó de entre los muertos para interceder por su pueblo delante de Dios Padre (Hebreos 4:14-16).
Derrota de Arad (Números 21:1-3)
La victoria de Israel sobre los cananeos que habitaban en Arad nos adelanta lo que luego sucedería contra Sijón y Og (21:21-31; 32-35).
Sin embargo, los israelitas tuvieron que esperar 40 años para obtener esta victoria. Donde antes habían sido derrotados en medio del intento desesperado por entrar a Canaán luego del reporte de los espías y su rebeldía (Números 14:45), ahora los israelitas obtienen la victoria por la poderosa mano de Dios.
Este breve episodio nos invita a reflexionar acerca de cómo Dios puede redimir los fracasos y derrotas que hemos experimentado producto de nuestros pecados. No todo está perdido.
La serpiente de bronce (Números 21:4-9)
La historia de la serpiente de bronce es una de las más conocidas del libro de Números. Se trata de un clásico —pero curioso— episodio de queja e incredulidad por parte de Israel y de juicio y misericordia por parte de Dios.
De hecho, Jesús mismo usó esta historia para relacionarla con su muerte sacrificial en la cruz para la salvación de los pecadores que ponen su fe en él (Juan 3:14-14). Pero, ¿por qué hizo esto?
Si queremos comprender de mejor manera este pasaje, es clave concentrarse en las palabras de Jesús y en el uso tipológico2 que le dio a la historia. Fijémonos en el siguiente detalle: Dios envió serpientes venenosas (rojizas) para castigar a los israelitas por sus constantes quejas e incredulidad (Números 21:6). Sin embargo, Dios también mandó a Moisés a forjar una serpiente de cobre (rojiza) y levantarla sobre un asta para que los israelitas que habían sido mordidos la pudieran mirar y ser sanados (Números 21:8-9). En otras palabras, el mismo elemento que les causaba la muerte —una serpiente—, luego era capaz de sanarlos cuando lo miraban.
De esta misma manera podemos comprender el ministerio de Jesús y el uso que hizo de esta historia: aquel que murió en la cruz derramando su sangre carmesí en representación por los pecados de muchos, es también capaz de ofrecer nueva vida y perdón a aquellos que confían en él. La muerte de Jesús colgado en una cruz es, al igual que la serpiente de cobre sobre un asta, el medio de salvación provisto por Dios para su pueblo.3
Caminatas, libros antiguos y cánticos (Números 21:10-20)
En este pasaje se relata el viaje o caminata del pueblo de Israel hacia Canaán por diversas rutas que abarcaban desiertos, valles y ríos hacia Moab. De hecho, se incluye un extracto de un libro desconocido y antiguo de Israel llamado Libro de las Guerras del Señor (Números 21:14).
Esta es la única vez que se menciona el Libro de las Guerras del Señor en la Biblia. Sin embargo, al igual que el Libro de Jaser (Josué 10:3; 2 Samuel 1:18), se cree que eran colecciones de cánticos populares antiguos de Israel.4
Victorias sobre Sijón y Og de Basán (Números 21:21-35)
La victoria de Israel sobre Sijón tiene un elemento similar a lo sucedido anteriormente con el rey de Edom. Sin embargo, en esta historia los israelitas respondieron al ataque militar y los derrotaron, incluso apoderándose de las ciudades amorreas (Números 21:23-25).
Igualmente, el pasaje incluye un texto poético que relata de manera épica cómo antes Sijón había derrotado al rey de Moab (Números 21:27-30). Con todo, a pesar de su poderío y reputación militar previa, Sijón no pudo vencer a los israelitas ni a su Dios.
Por otro lado, el pasaje relata la victoria de Israel sobre el rey Og de Basán (Números 21:32-35). Este acontecimiento también es relatado en otras partes de la Escritura y es descrito como un gran acontecimiento de guerra que incluso atemorizaba a las demás naciones (Josué 2:10; Nehemías 9:22; Salmos 135:11; 136:19-20). Esto era parte de la obra de Dios para cumplir con su promesa de entregarle las tierras de Canaán al pueblo de Israel.
No obstante, hay un detalle curioso que me gustaría al menos mencionar. Esta misma historia, la derrota sobre Og de Basán, está relatada con más detalles en Deuteronomio (3:1-11). Si bien se describe la ruta que tomaron, la promesa de Dios acerca de que les daría la victoria, las ciudades y el territorio que tomaron los israelitas al oriente del río Jordán; el verso 11 nos entrega un detalle atractivo. Leamos:
“Og, rey de Basán, fue el último sobreviviente de los gigantes refaítas. Su cama era de hierro y tenía más de cuatro metros de largo y casi dos de ancho. Aún hoy se puede ver en la ciudad amonita de Rabá).” (Deuteronomio 3:11 NTV)
Hay dos cosas interesantes en este versículo. Lo primero es que se reconoce a Og como un sobreviviente de los gigantes refaítas. Y lo segundo es que esto se confirma al entregar detalles de su cama: “cuatro metros de largo y casi dos metros de ancho.” Pero, ¿qué tiene de atrayente o curioso esto?
Para los judíos, específicamente aquellos judíos del periodo del Segundo Templo como Jesús y los autores del Nuevo Testamento, este tipo de versículos acerca de gigantes y refaítas tienen una fuerte carga teológica. Esto se debe a la gran influencia del libro 1 Enoc y la historia de los Vigilantes–Gigantes en el imaginario cultural judío.
Lamentablemente, no hay espacio para discutir del tema de manera profunda. Sin embargo, me gustaría mencionar que estas historias de gigantes y seres espirituales rebeldes, tanto en la Biblia como en la literatura judía antigua (1 Enoc 1-36; Génesis 6:1-4; 14:5; Números 13:33; Deuteronomio 2:20-21; 3:11; Judas 5-7; 1 Pedro 3:19-20; 2 Pedro 2:1-10), son parte de un imaginario teológico complejo que conforma un escenario cósmico sofisticado acerca de los orígenes del pecado en el mundo.5
Ahora, ¿por qué esto es relevante? Simplemente por el hecho de que muchos autores sostienen que, a través de estas batallas, Dios estaba juzgando a naciones paganas cuyos orígenes se debían a estos seres espirituales rebeldes y gigantes que fueron sangrientos guerreros de la antigüedad. En otras palabras, Dios estaba castigando y purificando el mal y la violencia de los pueblos paganos que habitaban las tierras de Canaán y sus alrededores tal como había hecho en el diluvio.
Para ver más detalles acerca de las características de estos 3 viajes ver: Gordon J, Wenham, Numbers Tyndale Old Testament Commentary.
Para revisar más acerca de símbolos y tipos en la Biblia ver: https://www.coalicionporelevangelio.org/articulo/los-tipos-cristo-la-biblia-preguntas-biblicas/ (Revisado el 27 de octubre del 2024).
Puedes revisar más detalles al respecto en el comentario de Números de Gordon J. Wenham, Tyndale Old Testament Commentary.
Ibid.
Puedes revisar más acerca de este tema en los libros Reversing Hermon y The Unseen Realm y The Book of Enoch del académico Michael S. Heiser.