Leyendo Números 28-30
En el post anterior —acerca de Números 26-27— revisamos un censo militar realizado entre los Israelitas, un dilema de herencia familiar que afectaba a cinco mujeres y el nombramiento de Josué como el legítimo sucesor de Moisés.
En esta ocasión, Números 28-30 nos adentrará en la vida de adoración y devoción que Israel debía llevar delante de YHWH. Comencemos.

El Calendario Litúrgico (Números 28:1–29:40).
Si bien este pasaje reitera temas antes mencionados en la Torá acerca del altar (Éxodo 29:38-41), los sacrificios (Levítico 1-7), las fiestas (Levítico 23) y las ofrendas (Números 15); una característica distintiva es que se concentra en las labores específicas de los sacerdotes en representación de Israel.1
Podemos ver que se enlistan los procedimientos para realizar los sacrificios y ofrendas diarias, sabáticas y mensuales (28:1-15). Igualmente, Números 28:16–29:38 reitera instrucciones para llevar a cabo las fiestas principales de Israel como la Pascua (pesaj), las Semanas (shavuot), las Trompetas (rosh hashaná), el Día del Perdón (yom kipur), y las Enramadas (sucot). Todas estas fiestas están conectadas con la memoria e identidad nacional de Israel con respecto a su historia y pacto con YHWH.
A estas fiestas se suman otras ofrendas y sacrificios voluntarias que el pueblo podía presentar delante de Dios en el Altar de Tienda de Reunión a través de los Sacerdotes (Números 29:39).
Cabe destacar que YHWH había establecido las fechas, los elementos, los mediadores, los procedimientos, los sacrificios y las ofrendas que conformaban este rico y complejo sistema de adoración y comunión con su pueblo. Esta organización buscaba perpetuar la relación pactual y la comunión de Dios con Israel. No se trataba de algo espontáneo ni antojadizo que cada persona podía hacer por sí mismo cuando se le diera la gana. En otras palabras, se trataba de ordenanzas comunitarias y pactuales establecidas por Dios mismo.
Votos y Promesas (Números 30:1-16).
Antes de comentar algo acerca de esta sección, tengo que admitir que es bastante extraña para nuestras mentes posmodernas. El pasaje establece una serie de reglas acerca de los votos y promesas matrimoniales que involucran a hombres, mujeres y sus padres. (Debemos recordar que todo esto se desarrollaba en sociedades patriarcales agricultoras y ganaderas del Antiguo Oriente Próximo)
El pasaje describe la autoridad que tenían los padres y los hombres para anular promesas o votos, y también las sanciones por no cumplir los votos y promesas que se hacían. Todo esto en el contexto del matrimonio y su conexión con la familia (Números 30:16). Si quisiéramos sacar un principio de esta sección, sería apropiado hablar de ser fieles a nuestras palabras y testimonio delante del Señor y los demás. En otras palabras, estamos llamados a decir y actuar en base a la verdad. Sobre todo en el contexto matrimonial.

Conclusiones.
En primer lugar, tengo que reconocer que personalmente disfruto leer este tipo de pasajes y aprender de ellos. Sé que muy pocos cristianos, por distintos motivos, se dan verdaderamente el tiempo para leerlos y meditar en ellos. Son extraños, lejanos a nuestra cultura, reiterativos y a veces, incluso, un poco aburridos. Sin embargo, creo que debemos aprender a valorar toda la Escritura por lo que es y no solamente como algo que usamos para nuestro propio interés devocional, terapéutico, moral o académico. La Torá es la instrucción2 de Dios para su pueblo, tanto como para los israelitas de la antigüedad como para su pueblo en todo lugar y en todas las edades. Su palabra nos guía hacia la madurez y la sabiduría.3
Luego, si meditamos en todos los sacrificios y ofrendas que los israelitas debían presentar, nos daremos cuenta que significaba una gran cantidad de recursos (animales, aceites, cereales, alimentos, etc.). ¿De dónde sacaría Israel todo esto? Estas ordenanzas simplemente nos ayudan a ver una promesa de bendición por parte de Dios. En otras palabras, el mismo Dios que estaba ordenando dichos sacrificios y ofrendas era quien se encargaría de proveer a su pueblo con todo lo necesario para cumplir su palabra y para su propio sustento.4 Las palabras del apóstol Pablo en el Nuevo Testamento son un eco de esta hermosa verdad:
“Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús.”5
En Jesús, nosotros hoy disfrutamos del mayor y mejor Sacrificio, pero también del mayor y mejor Sacerdote.6 En Jesús, hemos recibido la provisión de parte de Dios que confirma la promesa del reino que hemos de heredar por gracia: el Espíritu Santo.7 Dios mismo es nuestro sustento y sostenedor.
Finalmente, quiero destacar el aspecto litúrgico de estos pasajes. Si bien podríamos marearnos y abrumarnos por los detalles de los procedimientos, elementos y fechas; no debemos perder de vista la invitación a llevar una vida de adoración y comunión con Dios y su pueblo. Israel fue llamada a ser una nación centrada en el sábado, es decir, en la adoración y comunión con YHWH, el Creador y Redentor del mundo. El calendario litúrgico de Israel nos enseña que Dios tiene un diseño de vida para su pueblo centrado en la adoración que recuerda y celebra sus obras, su pacto, su provisión, su fidelidad, su amor, su gracia, su palabra y su presencia en medio de ellos. La adoración establecida por Dios tiene como consecuencia inherente la formación e instrucción de su pueblo conforme a su Palabra.
En la maravillosa obra sacrificial y redentora de Jesús el Mesías, hoy tenemos los mismos motivos para llevar vidas consagradas de adoración a Dios. Así como el antiguo Israel, también nosotros estamos llamados a vivir recordando y celebrando la gran salvación y promesa que hemos recibido por la maravillosa gracia de Dios en su evangelio. Las palabras de Pablo en Romanos 12:1-2 tienen más sentido que nunca:
“Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta.”8
Que este pasaje acerca de liturgia, sacrificios, ofrendas, fiestas, votos y promesas nos impulsen a vivir vidas que buscan honrar y glorificar a Dios con todo lo que somos. Como diría William Ames, un reconocido exponente de la Nadere Reformatie9:
“Los hombres viven para Dios cuando viven de acuerdo con la voluntad de Dios, para la gloria de Dios y con Dios obrando en ellos.”10
Dios nos ayude a vivir vidas de alabanza, oración, arrepentimiento, estudio de la palabra, comunión, generosidad, gratitud y esperanza.
Números, Comentario Tyndale del Antiguo Testamento, Gordon J. Wenham.
Si bien se suele traducir la palabra torá como ley, muchos sugieren que una mejor traducción sería instrucción o enseñanza.
Un ejemplo de esto es el Salmo 119.
Números, Comentario Tyndale del Antiguo Testamento, Gordon J. Wenham.
Filipenses 4:19 NVI.
Hebreos 10:1014.
Efesios 1:13-14
Romanos 12:1-2 NVI.
Puedes leer más acerca de la Nadere Reformatie en Herman Bavinck: Una Vida y Teología para la Gloria de Dios, pp.15-20, Israel Guerrero, B&H Publishing Group, 2024.
William Ames, The Marrow of Theology, citado en Herman Bavinck: Una Vida y Teología para la Gloria de Dios, p.19, Israel Guerrero, B&H Publishing Group, 2024.